Tal vez ebrio
se viva mejor
y por eso al
gorila que me
abraza mientras
duermo le guste
tanto el vodka.
El gorila que me
abraza mientras
duermo, me
abraza lleno
de paz, advertido
de mi mansedumbre.
Tal vez se viva
mejor ebrio
y por eso al
gorila que me
anega de cariño
mientras duermo
le guste tanto el
coñac. Quiero
que me traigas
un gorila y que
me abrace despierta,
cuando despunta el
sol con venas de
hielo, tras los
eucaliptos,
en este día
caótico de mi
muerte. Yo me
dejaré querer
por el gorila,
dejaré que su
amor me desfigure,
que me fustigue
las ramas,
que me aturda
su pelambre
dejaré, que me
magulle de júbilo.
Tus ojos lo verán,
no temas. Siempre
que el gorila me
abraza mientras
duermo, un apóstol
sube a rociar
mi cuerpo con
coñac unas veces,
con vodka otras.
No importa qué
licor derrame
sobre mí con
tal de que, tarde
o temprano,
el gorila
enloquezca.
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