En Ítaca venderé
bombón helado.
Mi furgoneta brillará con chispa
de electrodo al sol de las dos.
Por el camino que salta
la loma vendrás tú
de la mano de tu guardián.
En tu tobillo ensartarán
su estrépito las cigarras.
En Ítaca venderé pistachos.
Por el camino vendrás tú
paseando una ensoñación.
En cuanto a mí,
evitaré los trayectos en taxi,
Orestes de mi vida.
Por ti evitaré los trayectos
con chófer.
Atrás quedarán las botellas vacías
rodando sobre baldosa
color desierto.
Las embarcaciones
en el puerto amarradas
a un chapoteo sedante,
la analgesia, los violines...
En Ítaca venderé agua mineral.
Tú vendrás.
Te quitarás la gorra.
En tu pelo domarán cometas
los surfistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario