Yo nací en ascuas
cuando el helecho crecía fácil.
Hacían fortuna los buhoneros,
danzaban nada más caer la noche
al amor de las bujías.
Eran hombres de pelo fuerte
y barba envuelta en mosquitos,
hombres con la fe intacta
bajo la herrumbre del tiempo.
Yo nací cuando un Simca
surcaba el cascajo de los caminos
royendo el sosiego vecinal,
y tras el horizonte,
todo un país
fumaba en silencio.
(Se fumaba en las cabinas,
en los patios de butacas,
en los quirófanos
de faros deslumbrantes)
Yo nací
cuando la radio sonaba
llena de granizo,
por la tablilla de los roperos.
Sí:
había pedales
para llanta y furia.
Era textil la noche.
Los años, de piedra.
Yo nací en enero,
tal día como hoy,
con la sangre mermada,
sobre las fauces
de aquel mundo.
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